Black Curse anuncia un manifiesto de violencia sonora con su nuevo álbum "Burning in Celestial Poison"

"Burning in Celestial Poison" no es solo una declaración y una lección de violencia sonora, es un manifiesto de 44 minutos de Death Metal radical que causa laceraciones mentales y caos. Un disco que se supone que impacta, debido a su crueldad extática y malevolencia fanática masiva, que se cierne muy por debajo de las composiciones. Abre las puertas a un mundo que es tan increíblemente vasto, que corres el riesgo de perderte en él, sus profundidades desafían la exégesis. 

Cuatro maldiciones se entrelazan en cuatro himnos de absoluta magia de muerte, que te llevarán al abismo negro de lo divino. "Burning in Celestial Poison" es realmente un infernal agonizante en tu interior, destrozado y reunido en la oscuridad de lo físico. Una intensidad extrema que apunta cruelmente hacia el alma para extinguir el espíritu. 

El álbum fue producido nuevamente por el maestro Arthur Rizk, que supera todas las expectativas con una fidelidad y producción extraordinariamente densas y destructivas. "Burning in Celestial Poison" suena como creado con la magia, fórmulas, códigos y claves de un mundo más allá. Para entender la oscura sublimidad de este álbum, tal vez se deban considerar otras perspectivas, que aún no están definidas adecuadamente. En nuestro mundo, será considerado feo y opresivo por aquellos que no sean capaces de sucumbir a sus gloriosas profundidades. Rompiendo intencionalmente con los hábitos de escucha modernos (y evitando todas las reglas de duración y estructura de las canciones), logra el mejor resultado cuando se experimenta en la oscuridad y al máximo volumen. "Burning in Celestial Poison" serpentea y termina con un sonido rugiente profético que seguramente proviene del mundo al que tenemos que enfrentarnos, que es el mundo en llamas. MORTE MORTE MORTE